Este baile se origina en la ciudad de Charleston (de ahí el
nombre), Estados Unidos, en 1903. Parece que su origen está en una danza
africana llamada Juba. Se hizo tremendamente famoso en la década de 1920. Su
primer gran éxito se dio en 1923 con una canción llamada “The Charleston”, de
James Johnson.
Para comprender el
éxito de este baile es necesario entender el contexto histórico en el que
estaba Estados Unidos en esta época. En Europa acababa de terminar la I Guerra
Mundial, que provocó la devastación en nuestro continente. Sin embargo, Estados
Unidos conocía una época de gran prosperidad económica debida, precisamente, a
la guerra. De hecho, esta etapa llegó a ser conocida como “los felices años
veinte”. Había demostrado su supremacía política y tecnológica, y ahora
comenzaba a manifestar su supremacía cultural, fundamentalmente en el ámbito de
la cultura popular. Así, el Charleston fue un ritmo, pero también un símbolo,
que caracterizó esta época de despreocupación y frivolidad, época llena de
cambios sociales y culturales, como decimos.
Este baile podía
realizarse individualmente o por grupos, alternando brazos y piernas
principalmente, con patadas adelante o hacia atrás. Es un baile con
coreografías muy variadas y con figuras extrañas, como la llamada Susi Q, en la
que las rodillas parece que cambian de lado, cuando lo que se cambia con las
manos que están sobre las rodillas.
Mirad este vídeo, por si alguien se anima a aprender a bailarlo:
Algo muy habitual eran los
“piques”, donde un bailarín realizaba sus pasos mientras los demás bailaban
alrededor, después otro bailarín le sustituía “picándose” y compitiendo para
hacerlo igual o mejor que el anterior.
El Charleston
llegó a ser tan popular en Europa, que casi el 80% de la población lo
practicaba. Su fama fue tan grande como exigua, ya que a partir de 1927 comenzó
a decaer y, prácticamente, se dejó de practicar.